La obra póstuma de Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, historia setentrional (1617), desde el punto de vista lingüístico mantiene el tono de otros libros del autor, como la presencia del vocativo y exclamaciones, además del uso de refranes. Aquí nos encontramos con la narración de diferentes aventuras que protagoniza una pareja de jóvenes enamorados, que reúne las características de una novela bizantina. En este artículo, proponemos un estudio de los rasgos lingüísticos de esta novela en comparativa con el Quijote, con el fin de detectar características comunes utilizadas por Cervantes en las dos obras. Utilizamos, de esta manera, autores (Blecua, 2005; Carilla, 1970; Lapesa, 1981) que se han dedicado a estudiar los marcos lingüísticos de cada una de estas novelas y, por nuestra parte, buscamos en el Libro I (de los cuatro libros que componen esta novela) del Persiles los elementos que nos permiten indicar esta semejanza en el plano de las estructuras de habla y narrativa presentes en los dos libros. Este estudio adopta un enfoque diacrónico desde la Historia de la lengua española.